Todo va cayendo lento. Esa gota que se desliza entre los dedos sobre la dura piedra del camino, y que a la larga, destruye.
Queremos huir de lo que somos, de nuestros actos, de nuestra sombra. Sumergirnos en el lago profundo del olvido. ¡Nada nos salvará! Se ha de volver atrás para buscar en el espejo cóncavo de la conciencia, errores y dolores que adormilados yacen. En el pilar del alma nace su propio sosiego y sanación eterna. El perdón es y será esa llave profunda y misteriosa que le guíe
La luz que del ser emana
Es el faro
Es la sombra
Es la fuerza
Es el aliento
Es la vida
Es la muerte
Río impetuoso
Que de las entrañas calma
Llama ardiente
Fuerza penitente.
* Imagen: créditos a su creador.
Luz Marina Méndez Carrillo/22032021/ Derechos de autor reservados.
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