Sobre la cima de la flor de Jade, veo el palpitar de los luceros y la antorcha roja de la esperanza.
Te mire pasar, como el silencio a la palabra, como el aliento a la vida. Quise seguirte, pero que va. Tu camino de espinas se halla gravado y mar de decepciones cargas a la espalda.
Toqué de soslayo tu blanca túnica y gota de rocío deposite en el ánfora vacía. ¡No te percataste! La pena que arrastra tu corazón a la barbarie, ha obnubilado la luz de la existencia.
Micifuz, haló el cordón de mi sandalia, haciendo que la mirada de mi alma esquiva, quebrara el hilo conductor del desvarío.
Ni el aire, ni el mar
Ni las estrellas
Ni el viento
Ni la noche blanca
Ni el Astro rey
Ni el refulgente satélite
Menos la tierra
Tienen que ver
Soy yo
Poniendo alas al destino
Quebrando las brechas del camino.
· Imagen tomada del muro de Islam Gamal.
Luz Marina Méndez Carrillo/11032020/Derechos de autor, reservados.
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