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  • Foto del escritorLuz Marina Mendez C

AZULES TULIPANES

Actualizado: 4 feb 2023







Acurrucada en un rincón de la habitación, en una fragilidad asombrosa, la miré llorar. La luz de sus pupilas tambaleo mi serenidad. Quise seguir, y no pude. Abandonarla una vez más. ¡Qué injusto! La tomé entre mis brazos, y en un cáliz de lágrimas, prometimos no abandonarnos. El frío de su cuerpo y la calidez del mío, hicieron de ese momento un algo único y especial.

Dirigió la mirada a la máquina de coser. Ese bonito juguete que, aunque suyo, nunca pudo disfrutar. La madre, creía que, se miraban bonitos encima de los armarios, de los estantes, lejos de las manos inquietas y destructoras de los pequeños, para, un día, cuando se hicieran grandes, ser lanzados por estos, al bote de la basura en total virginidad. ¡Maldita estupidez!

Suerte, que, en el juego misterioso de la vida, halló enterrado entre los granos de arena, un caballito color pastel. Adolecía de la patita derecha. Un regalo del cielo que nunca le sería arrebatado. Este hermoso juguete que le regaló el destino, deambulo en sus noches de vigilia extrema, de risas saturadas de tulipanes azules, y noches de luna clara. Ahí estuvo, y está, a la vista de las dos. Soportó el paso imperdonable del tiempo, para, en últimas, descansar sobre el escritorio atestado de libros, lápices, bocetos y pinceles.

Un frío intenso y doloroso me recorre cuando lo palpó, parece abrigar el instante aquel cuando le hallé. Eran tiempos difíciles. No obstante, el sol fijó su aureola en el epicentro del firmamento, extendiendo sus rayos luminiscentes de amor y esperanza sobre la bóveda celeste, sobre la esfera terrestre; los abedules azules se acariciaban unos a otros, y la imaginación volaba sin atadura alguna. Lunas interminables han pasado, y mi alma aún se sacude ante el olor a hierbabuena, el monte florecido, la mirla encantada, el misterioso gato blanco, y el pequeño caballito que, un día, pinto de azules tulipanes, la fuerza e intensidad de mi sangre roja.


Los arroyos que lastiman los recuerdos

Se han tejido de agridulce sabor a fuego, sabor a esperanza.


El hilo imperceptible que los sacude aún se agita

En lo profundo del alma.


Y esa fuerza silenciosa, danza en el filo prohibido de la vida

Y de la torva muerte.




Imagen: Dibujo de mi autoría.

Luz Marina Méndez Carrillo/20/11/2022/ Derechos de autor reservados.

Obra registrada en Cedro-España/ https://www.cedro.org/



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