
Hubo un tiempo, que el aire faltaba a los pulmones
La vida en las venas no fluía
Y la vid… la vid de los labios decaía
El cabello rizado declinó
Y las puntas…las puntas se ajaron.
El verano ardiente quemaba las plantas de los pies
Y la sed en la piel se hizo latente
La soledad, dueña de horas, días
Y minutos, enseñó sus dientes
y
El mundo, el mundo en agonía
Sin norte alguno deambuló
Hubo un tiempo, sí
Que las nubes en el cielo no fluían
Y la brisa que ondeaba la arandela de los sueños
Guareció
La sangre rodaba sin control en avenidas
Campos, sembrados y hospitales
El llanto de los niños el fusil silencio
Y la voz de las madres la daga acalló
La juventud, as de gloria y esperanza
en fuente seca declinó
Y
La bandera que enarboló el grito de paz
Su corazón se traspasó
Y el lamento, el lamento en el alma por siempre feneció
Hubo un tiempo, si.
Y es este momento
Este tormento.
* Imagen tomada del muro de Islam Gamal.
Luz Marina Méndez Carrillo/19092019/derechos de autor reservados.
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