
Al compás del aletear de los recuerdos, que inquietos se zambullen en lo profundo del corazón, veo la vida como un juego. Un juego intenso como intenso es el fuego de los amantes.
Detenida entre mi cuerpo y tú. Entre mi alma y tu palabra. Entre el presente y tu pasado. Te miro languidecer, cual languidece el crepúsculo a la intensidad del oscuro de la noche amarga.
Cadena interminable de evocación, que se ata al engranaje de desprecios y olvidos, que una vez hicieron mella en el borde del verde cristalino de mis pupilas.
¡Tatuados quedaron esos instantes, en el mapa retrospectivo de mi hermosa vida!
¡Oh! Noche fraterna
¡Furia celestial!
¡Fuego del alma!
Aparta de mí la intensa llama
De la desesperación eterna
*Imagen tomada del muro de Islam Gamal.
Luz Marina Méndez Carrillo/08062020/ Derechos de autor reservados.
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