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  • Foto del escritorLuz Marina Mendez

Y DEL SILENCIO







Luego de haber saboreado un tiempo indefinible, las horas y minutos se hacen eternos. Las calles vacías asemejan una ciudad fantasma y el aire se mira espeso. El taconeo de quienes deambulaban de prisa se ha detenido y el pavimento reposa.


El alma del hombre soltó la soga, y el verde frondoso con su proyección y colorido animal, ha florecido.


Y el viento…

¡Y el viento gira sobre sí mismo en extraño vaivén!


En medio de esta explosión, de virus, terror y muerte. Vivifica el arte, carisma del alma humana. No estaremos a la intemperie, no. Pues, cual ave sedienta, echaremos mano del pincel o la pluma, del instrumento o la palabra. ¡Gemido del alma, grito de libertad!

Y el silencio…

Y el silencio taladra el oído y ensancha el alma

Otrora, lo añore en esta sociedad enferma, pero hoy, que lo miro cristalizado entre mis manos sedientas, tiemblo. No es este el silencio añorado.


Del alma humana nada sabe el hombre

De los sueños, el gemido del corazón

Y el latir del intelecto, menos

Estamos solos, con las manos atadas

Bajo el alero de una maldad siniestra

Cruza la muerte con su letal guadaña

Gimen los estómagos

La mano se extiende

Y la lágrima aflora

Como pesa la luz

En la oscuridad flagrante

Y la voz…

En un mundo sin lamentos

· Imagen tomada del muro de روز لطفي

Luz Marina Méndez Carrillo/19042020/Derechos de autor, reservados.



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