Me parece que no has comprendido nada en la travesía de mi destino. En las hojas del tiempo, casi ocultos, yacen pintados tu corazón y el mío, y aun así, se te dificulta verlos.
Sabes bien, que al conciliar el sueño, un mundo mágico y misterioso se extiende ante nuestras miradas. El corazón en su extraño palpitar se ensancha, el alma gira en círculos, y una gota de agua cristalina cae sobre nuestras mejillas.
El jardín, que a la luz del sol permanece inerte, al anochecer, y bajo el influjo de la luna roja, luna de sangre, recobra vida. Puedes ver y palpar sin que la pupila agrande, al rey búho con su collar dorado y mirada de fuego. La mirla cuyo canto en ondas invisibles difumina en el firmamento, Micifuz y su hermoso pelaje blanco, y por supuesto, el colibrí, cuyo aletear te habla de un mundo misterioso y desconocido.
Y aun así, no entendiste ni pudiste ver, la estrella vega que te señala el camino con su luz fluorescente y bella.
* Imagen de mi creación.
* Luz Marina Méndez Carrillo/15102020/ Derechos de autor reservados.
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