Ha vuelto la soledad y el rayo de luna que cae sobre mi rostro abre en mí caminos de esperanza.
¡La libertad florece y las ataduras mueren!
El alma descarga su pesadez y abriga la liviandad
El amor que ansío no mora en esta tierra. EL que conozco, no es amor, son ataduras.
Mis pupilas toman la forma del orbe y entonces, un lago de desencanto aparece. Gruesos eslabones de desprecio aprisionan. Atan las manos y el pensamiento en un círculo mortal. No existo, no sollozo, no ansio. El deseo evapora y el amor yace lejos del corazón
*
No digáis
¡Oh, qué triste!
¡En absoluto!
La alegría desborda primaveras
Del vaivén de mis pechos
La furia de mi sangre
He amado con el alma
Y más allá del límite
He pintado con el ímpetu y la fuerza
De las olas
Mi pluma ha estampado perlas de vida, amor
Y bienaventuranza
He derramado en blancos papeles y delicados pañuelos,
Gotas de sangre del corazón ajado
Más
Ni un ápice de arrepentimiento
Ni un lamento
¡Luz en la mirada!
¡Paz en el corazón!
¡Fructificación a la vida!
¡E impetuosidad a la pluma!
* imagen: " LA PROMESA DEL AMANECER" DANIEL F. GERHARTZ- 1965, Wisconsin. Estados Unidos.
Luz Marina Méndez Carrillo/10082019/ Derechos de autor reservados.
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